En torno a la palabra „Łemkowszczyzna” hay una nostalgia. Las iglesias ortodoxas con sus cúpulas de la forma de cebolla situadas en los tejados de madera, las filas de iconos de los santos, los bordados artísticos muy refinados y los collares hechos de pequeños abalorios – todo eso representa el clima de Łemkowszczyzna que fascina e intriga a la vez. Las cabañas que pertenecían a los lemkos se llaman „chyże”. Las que se han quedado en las aldeas se acuerdan de las historias, a menudo dramáticas, de sus propietarios que hace muchos años fueron desterrados y los huertos, ahora salvajes y cubiertos de plantas, cuentan de aquellos tiempos. Pero la habla de lemkos y las inscripciones en el alfabeto cirílico están volviendo aquí. Se oye los cantos, llenos de añoranza y melodía pero a veces también alegres como un fuego de una hoguera. Con la cultura de los lemkos se asocia los caballos hucuły que son muy resistentes y amistosos y que hacen más atractivo nuestro descanso familiar. También la cocina de lemkos nos atrae con sus sabores: homyłki, kisiełyca, tertianyky o adzymka. 
Los lemkos son las personas excepcionales, fuertes y junto con la gente local y los que vienen ahí, crean un paisaje no totalmente civilizado que rellena los panoramas de Beskid Niski. Los lemkos organizan los acontecimientos culturales muy creativos y hacen que el ambiente de ahí sea artístico.